Que vengan
las palabras y me sacudan. No importa si la televisión está a todo volumen,
estoy enloqueciendo en mi sordo silencio interior…
Estos
monólogos ya pasaron de moda después del siglo XIX.
Yo no puedo
hablar de batallas épicas ni de salones reales, ni escribir con una pluma las
ondulaciones de la seda y las reverencias de los príncipes…
No puedo
describir la sordidez de una habitación de Moscú, a través de los sagaces ojos de
un profesor muerto de hambre.
Este ocio es
improductivo en los tiempos que corren. No escribo novelas sobre la condición
humana, ni hay historia con mayúsculas que justifique la obra monumental de una
época. Y además, no sirvo para esto. Mis nervios están sobreestimulados, como
los tuyos, los de cualquiera. Podemos soportar una película gore tras otra con
una hamburguesa en la mano, pero no toleramos preguntarnos quiénes somos. Lo
sabemos todo, y un profundo desinterés por las cosas tiñe nuestras horas. Nadie
va a batirse en duelo con nadie y si ahora mismo pudiéramos pisar el Sol, no
sería más que un Trending Topic. Yo debería tomar calmantes y fumar más
cigarrillos, debería sacarme más fotos y hacerme vegetariana. Estoy tan
enamorada del pasado y del futuro que este presente líquido me resulta
insoportable. No quiero pasar 15 años en un diván ni que me encuentren con
pequeños cortecitos en las muñecas. Si supiera, si supiera cómo hacer una
salida triunfal dar vuelta mi mundo como una media pero a nadie le importan ya
estas grandes cosas ni a mí abro una ventana no para ver la lluvia sino para
chequear mi Facebook y mi email, me siento tan presa en esta libertad que
tengo, la horrible libertad de estar sola y que mi alma no tenga grandes
cumbres…
Quién sos,
vos, por qué espero quién sabe qué de esto, por qué sigo este estúpido
protocolo, ahora estoy
jodida delante de un camino que no conozco y yo no soy aventurera, la verdad…
Me siento un poco liberada de encontrarme conmigo misma y admitir que no sólo
no tengo talento sea eso lo que sea, sino que mi espíritu es demasiado mediocre
para disciplinarse, para luchar por la búsqueda de la palabra clara, eso es para
los que tienen algo que decir, y yo sólo siento que yo tengo algo que decirme y
no lo logro, y me pregunto por qué no puedo dejarme en paz, en paz, paz, paz,
paz, paz, paz paz paz PAZ
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