lunes, 20 de enero de 2014

“No se enamore nunca de ninguna criatura salvaje, Mr. Bell –le aconsejó Holly–. (…) no hay que entregarles el corazón a los seres salvajes: cuanto más se lo entregas, más fuertes se hacen.  Hasta que se sienten suficientemente fuertes como para huir al bosque.  O subirse volando a un árbol.  Y luego a otro árbol más alto.  Y luego al cielo.  Así terminará usted, Mr. Bell, si se entrega a alguna criatura salvaje.  Terminará con la mirada fija en el cielo.(...) Es mejor quedarse mirando al cielo que vivir allí arriba.  Es un sitio tremendamente vacío.  No es más que el país por donde corre el trueno y todo desaparece.”

Truman Capote. Desayuno en Tiffany´s.

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